Mi primer gas lacrimógeno

Hoy he tenido mi primera experiencia con un gas lacrimógeno, a decir verdad yo creo que era un gas pimienta porque me continúa picando toda la cara y los ojos. Pero es mi primera vez, y no entiendo de diferentes tipos de gases.

Hoy he tenido mi primera experiencia con un gas lacrimógeno, a decir verdad yo creo que era un gas pimienta porque me continúa picando toda la cara y los ojos. Pero es mi primera vez, y no entiendo de diferentes tipos de gases.

Hoy, también es un día extraño. Todo comenzó cuando decidí levantarme e ir mi universidad de aquí, la Istanbul Kültür Üniversitesi. Estoy constipada y tenía clase de turco a las nueve de la mañana, pero como no me sentía bien decidí no ir, y mis compañeros de piso se marcharon.

Me volví a despertar a eso de las 10 porque había mucho ruido en la calle, a decir verdad eran voces y música. Como ya he comentado en el anterior post, vivo al lado de Istiklal, por eso no me lo tomé como nada especial. A diario hay un montón de manifestaciones de todo tipo, desde los que reivindican la igualdad para los homosexuales hasta los que denuncian algún acto ilegal cometido por la policía turca. Por eso no me extrañé. Me levanté y a eso de la una salí de casa. Pasé por Istiklal, ningún problema, pero cuando seguía bajando por Turnacibasi de repente salió un tanque haciendo mucho ruido y a toda velocidad de una calle muy estrecha. Me sorprendió, pero la verdad no mucho. Aquí la cantidad de policía es abrumadora, y siempre se están paseando desde Taksim hasta el final de Istiklal, mostrando sus armas, metralletas, sus coches… su poder. La gente aquí ha aprendido a convivir con ello y a los turistas parece no importarles en exceso, ya que lo traducen como «seguridad».

Continúo con mi historia, al llegar al final de Turnacibasi se llega a otra gran avenida, de cual nombre no me acuerdo. El caso es que por ahí es por donde pasan todos los autobuses, incluido el 73, que va a mi universidad, y cuando voy a cruzar la calle me encuentro de frente con un gran escuadrón de policía que están cortando el tráfico.

Yo continué en la misma dirección que ellos porque a partir de cuando se parasen ese era el sitio donde podría coger el bus. Se pararon en un hotel bastante grande que hay enfrente de la embajada inglesa. Quitaron unas ruedas que alguien había tirado en medio de la calle y restablecieron el tráfico. Un helicóptero empezó a sobrevolar sobre nosotros haciendo la forma de una O.

Comencé a esperar al autobús, y a esperar y esperar. Llamé a un amigo para decirle que llegaría tarde a la universidad porque el bus no llegaba y me dijo que le había llamado otro diciendo que las cosas por el centro estaban mal. Que debía haber algún atentado contra bancos o algo así, eso es lo que le pareció entender.

Si eso era cierto, ya empezaba a comprender el por qué de tanta policía… pero no acababa de atar todos los cabos.

Hora y media después de espera y con el helicóptero venga a volar sobre mi cabeza, me llamó el mismo amigo para decirme que ya no era necesario que fuera a la universidad. Me levanté y dejé del banco de hormigón en el que junto a mi, alrededor de otras 50 personas llevaban esperando a sus respectivos autobuses el mismo tiempo que yo, y lo cierto es que sin irritarse demasiado.

Volvía para casa cuando, a mitad de camino escuché el sonido de unos disparos. La verdad es que nunca había escuchado el sonido de una pistola tan cerca así que no sabía si era el sonido de una bala de fogueo o de qué se trataba. Me paré y empecé a mirar todas las figuras que ante mí se estaban. Policía, militares, gente de a píe y… periodistas. Si se trataba de algo fortuito no era normal que hubiese periodistas y menos cámaras y menos aún que estuvieran preparados para lo siguiente. Mientras miraba anonada se escucharon más fogonazos, y a continuación apareció una columna de humo que tardo unos instantes en llegar a mi.

En cuanto llegó me empezaron a picar los ojos y la cara de forma insoportable, la gente corría, se tapaba la cara con turbantes o con la propia ropa. Excepto los periodistas, que eran unos seis o así, sacaron de sus mochilas unas máscaras y se las pusieron. Todo pasaba mientras yo estaba parada, sin poder moverme ni marchar porque quería seguir observando la escena. Al final era tanta la desazón que tenía en la cara y en brazos, y la cantidad de lágrimas involuntarias que estaba expulsado, que me tuve que marchar sin poder enterarme de “el por qué”.

Quería volver a casa, conectarme a Internet y enterarme de lo que había pasado, pero mientras llegaba, cientos de personas empezaron a correr a mi alrededor, con las caras tapadas. La mayoría eran jóvenes, muy jóvenes, quizás 16 o 17. Miré para atrás, venía la policía. Miré a un lateral, una tienda abierta. Entré, el comerciante me dejó pasar y luego apagó las luces, cerró la puerta y puso la alarma. Apenas hablaba inglés, pero había otra pareja en la tienda que acababa de llegar a Estambul en un crucero. Sólo iban a estar aquí unas horas, eran americanos y no sabían lo que estaba pasando pero «ya se sabe por aquí…» les dije que estaba estudiando aquí y me desearon suerte, ya que ellos sólo estaban de paso.

La verdad es que no entiendo el por qué de sus palabras si no sabían lo que estaba ocurriendo, y lo cierto es que ésta es un ciudad en la que no suelen ocurrir atentados ni nada por el estilo.

Otro sobresalto, gritos y golpes en la tienda de al lado. Miramos, han roto el cristal del escaparate, pero ¿por qué? El tendero sólo dice “no problem, no problem”. Lo cierto es que tenía un poco de miedo debido a la incertidumbre de no saber a qué se debía todo esto.

Media hora más tarde, un Elma Çai al que nos invitó el dueño, y un par de zapatos comprados y con descuento,)… Nos abrió la puerta porque decidió que todo había pasado. Y es cierto, había pasado una marea de gente, la policía y los tanques.

Salí de la tienda y resultaba que estaba ¡a 10 metros de Istiklal! me había desorientado, no pensaba que estaba tan cerca. Entré en esta calle y volví a observar a una gran cantidad de policías y periodistas. Lo que ahora me sorprendía era que los policías estaban protegiendo las entradas de las tiendas. En Mango alguien había echo una pintada con spay, el símbolo comunista y una palabra que no entendía. Continué andando: ¡en Diesel, cuya entrada abarca unos 5 metros, había unos 30 policías!

Ya no comprendía la razón de lo que estaba ocurriendo, demasiadas cosas inconexas… Pero por fin he llegado a casa, y antes de escribir esto me he enterado de que hoy está teniendo lugar una reunión del FMI (Fondo Monetario Internacional) y del Banco Mundial cerca de Taksim y que varios grupos antisistema y antiglobalización habían convocado diversas manifestaciones por Beyoglu (así se llama el distrito en el que se encuentra mi casa e Istiklal, así como las calles aledañas, el corazón comercial europeo de la ciudad). También ahora sé que ha habido alrededor de 100 detenidos, pero esto no ha terminado.

Aún escucho de vez en cuando el coche de la policía y algunos gritos y silbidos. También oigo el «clickear» de las cajas de las tiendas de abajo. Manifestaciones y disturbios, sí, pero la gente continúa comprando y andando por las mismas calles por las que pasan los tanques. Aquí no se para. Hiperactividad.

6 opiniones en “Mi primer gas lacrimógeno”

  1. Hola chica,
    me gusta mucho leer tus historías en Istanbul en espanol. Pero hoy fue un día muy peligroso en Istiklal. Espero que vas mejor y que te veré manana en la universidad.
    Cuidate, besos.

  2. ¿Por qué todo te pasa siempre a tí?
    Me encanta que en medio de la espera, tuvieras la serenidad y paciencia para encontrar unos buenos zapatos ;).

    Muchos besitos desde Praha!!

  3. Esa periodista vallisoletana!! Si es k los buenos cocidos y embutidos te han dado un valor que, ¡hala!, con gases lacrimógenos y zapatos y la niña se viene a casa (justo encima de toda la movida que vimos por televisión) y se pone a escribir este post. Ole, ole y ole!

    Me había esperado un final en plan «Y eso ha sido todo. Seguiremos informando. Jenifer de la Rosa para http://www.entreviajeyviaje.com»

    🙂

    Enhorabuena por tu blog. Cada vez más interesante.

    Un besuko.

  4. Que miedoooo… mira que eres atrevida tia, bufff!!!

    Ten mucho cuidado, anda cuidate y manten las distancias con los malos. Y no se te ocurra ir a las manifestaciones porque una chica española que estaba de Erasmus alli, fue y se metio en muchos problemas. Muchos muchos…

    De verdad, cuidate tia, que eso no pinta muy bien.

    🙁 🙁 🙁

  5. Me gusta mucho el final :P, como ya te dije me he enganchado a tu blog¡¡
    Y mucho cuidao con las manifas, y más con los policías¡
    Saludos desde Murcia. Besicos guapa.

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